Ocasionalmente se dedica un espacio de tiempo de las primeras reuniones o tutorías para clarificar aspectos que son de gran
interés de los alumnos.
Es la cuestión
de los Exámenes tipo, las que se utilizan en los cursos, y son aplicables a las
diferentes formas que adopta la enseñanza universitaria. Con frecuencia advertimos que es este
aspecto el principal, sino el único, que define la continuidad o no de la
cursada.
Cuando se
decide que es excluyente la posibilidad de enfrentar algún parcial
aparentemente más complejo de aprobar, el alumno debe ser reorientado para
comprender sus errores u omisiones y superar sus dificultades.
En primer
lugar, cualquier evaluación se torna muy problemática si el discípulo;
previamente no estudia, lo hace superficialmente o a las apuradas tópicos y
contenidos de las unidades, sólo cuando los mismos se avecinan.
Es inútil
insistir sobre algo tan conocido; además si esto es de por si grave, resulta
aún peor para la modalidad “a distancia”1, en las que el contacto
cara a cara con el profesor es menos frecuente. Y aún es mas mala en la modalidad "virtual" que tiene un porcentaje de desaprobación elevadísimo.
Cada individuo
tiene completa libertad para organizar su trabajo –su vida-, pero por ello no
debe NI puede invocar los mecanismos de control de resultados o, continuamente
razones de excepción.
Y entenderlo
porque una buena parte del trabajo como futuros administradores consistirá en
medir y valorar el cumplimiento de objetivos y las acciones correctivas que
correspondan.
En estas
condiciones, los exámenes usados, son del modelo denominado de “Elección
Múltiple” o “Múltiple Choice”, y los más recientes están disponibles para su
consulta, accediendo por la solapa derecha respectiva de este blog.
Para su
confección el criterio parte de que el proceso enseñanza/aprendizaje es
producto de cierto estudio; y su demostración es la respuesta correcta a
pruebas de dificultad creciente, cuya formulación devine de intersectar varios
elementos.
El “múltiple”
es considerado “desventajoso” desde el punto de vista del aprendiz,
particularmente porque impide el “bla-bla-bla”, la “guitarra” y el “irse de
tema”. Por el contrario brinda una
objetividad inexorable.
Está pensado
que la evaluación no se repita en sucesivos cursos, pues tiene en cuenta
–además de la bibliografía-, la dinámica de cada curso y los asuntos más
intensamente desarrollados en los mismos, e incluye preguntas del mismo Modelo,
aunque NO obviamente, las mismas cuestiones, sino principalmente aquellas de las que se han planteado preguntas o tratado en las reuniones o clases.
Asimismo, hemos adoptado un sistema que
plantea 12 u 11 preguntas de las cuales solo deben contestarse 10 u 9, para las
que, dado que todas son iguales, el participante puede dejar de contestar aquellas
DOS que desee, y en tal caso el total de la nota asignada al conjunto se
calcula sobre dicha cantidad.
Veamos a
continuación los diferentes TIPOS de preguntas.
Pregunta I: se
encamina a obtener una respuesta sobre ¿CUÁL?, ¿CUÁLES?, ¿CUÁL NO? o ¿CUÁLES
NO? de las afirmaciones expuestas son las correctas, lo que se contesta
insertando una cruz en los casilleros correctos.
Si la pregunta
es “Cuál” significa que de las disponibles solo una es correcta, si es “Cuales”
son varias aunque NUNCA son todas, por lo que no vale tildar todas las opciones.
Una variante
de la misma solicita colocar en lugar de “cruz”, una fecha, número de un orden;
o emparejar pares de afirmaciones mezcladas insertando en el casillero
correspondiente a cada una el número asignado a la primera afirmación.
Para “puntuar”
cada problema, se consideran las respuestas correctas; las incorrectas “restan”
hasta un mínimo de 0, las ausentes no se consideran y el saldo es el puntaje de
cada pregunta (de 0 a
100).
Pregunta II:
se espera resolver una Matriz, y lograr la correlación correcta entre
conceptos, nombres o autores expuestos en las columnas respecto de afirmaciones
o conceptos indicados en las filas, lo que se responde anotando UNA sola cruz
en la intersección exacta.
También aquí,
se valorizan las combinaciones correctas; las incorrectas restan, las ausentes
no se consideran.
El sistema prevee
que si la respuesta –a criterio del examinado- tuviera posibles
interpretaciones, pueda indicar o ACLARAR posibles diferencias SIEMPRE que
indique conocimiento y criterio personal JUSTIFICANDO en un espacio adjunto
para escribir algunas sintéticas palabras relativas a bibliografía o elementos
expuestos en las tutorías o clases, respecto a la naturaleza de la cuestión
En estos casos
si el espacio reservado para aclarar resultara insuficiente (aunque realmente
no debería suceder, excepto que vuelva el irse de tema), se puede extender la
explicación en el dorso del examen señalando claramente el número de la
pregunta.
Pregunta III:
El objetivo es lograr una “cruz” correcta en la columna SI-NO, lo que
corresponde a una afirmación, nombre o concepto, teniendo en cuenta que ÚNICAMENTE se considera válida la respuesta si se anota una justificación
La misma debe
estar basada en bibliografía o elementos expuestos por el docente, NO en
opiniones, respecto a la naturaleza de la cuestión y no debe exceder el espacio
reservado, habitualmente 2 renglones.
Es decir, la
respuesta requiere precisión y brevedad.
Se califican
las correctas, las incorrectas restan y las ausentes no se consideran y en caso
de diferencias SIEMPRE se considera como elemento determinante de comprensión,
la justificación expuesta.
Pregunta IV:
Se trata aquí de llenar una línea de tres casilleros vacíos con conceptos,
elementos, autores o títulos referidos a una afirmación expuesta respecto de
otros conceptos, elementos, autores o títulos.
Esperamos para
esta pregunta respuestas conteniendo dos o tres vocablos, pudiendo ser el
ejercicio con frecuencia rellenar 5 afirmaciones (es decir 15 casilleros).
El espacio es
reducido y también prevalece la idea de la brevedad y concisión.
Se cuenta de
modo tal que las incorrectas restan, las ausentes no se consideran y en caso de
diferencias SIEMPRE se considera la tiene en cuenta la justificación que se
haya podido escribir.
Por otra
parte, es frecuente que se deba aclarar que UNA SOLA PALABRA no se considera
más que una respuesta PARCIAL, aunque la misma esté correcta, especialmente si
el formulario ha dispuesto un renglón o dos como espacio para contestar. ¿Es necesario aclarar que se debe llenar?
Pregunta V: se
solicita un Desarrollo, lo que se cumple escribiendo una respuesta
exclusivamente en el espacio reservado, habitualmente sólo 5 renglones.
Una vez que se
han asignado calificaciones a las “preguntas”, la nota del Examen se conforma
con la sumatoria de los puntos de todas las respuestas ponderadas por un
coeficiente que resulta de dividir 100 por el número de preguntas (en caso de
8, cada pregunta vale 1,25).
Pregunta VI:
se pide identificar un gráfico o figura, vincularlo con alguna pregunta
realizada anteriormente, FORMULAR una recomendación basada en la teoría y
JUSTIFICAR la misma usando los mismos elementos.
Y a este
resultado se agrega una ponderación razonable por las actividades individuales
o grupales que se hayan solicitado y cumplido.
Un mecanismo
suficientemente objetivo como este, determina que la “suerte” tiene un lugar,
pero es marginal, y el favoritismo o no del docente, se realimenta cuando el
alumno recibe la nota y controla sus respuestas.
¿Cómo se entienden y analizan los resultados de un
examen?
Las
calificaciones que los educandos han merecido pueden ser interpretadas mediante
análisis estadísticos, volcando esos datos y tabular (o mayorizar) las notas
individuales, parciales y totales, así como todos los otros antecedentes
disponibles que la conformaron.
Los totales se
acumulan categorizados como se indica más abajo, permiten, orientar sobre la
verdadera naturaleza de los problemas que tienen los examinados.
La revisión de
las magnitudes de estos criterios proporciona bastante información, y permite
entender las cuestiones inherentes a cualquier medición que se pretende de
conocimiento, y por lo tanto, relacionar esos totales y promedios con el grado
de dificultad de las preguntas.
También se
puede correlacionar cada resultado con el tiempo aplicado a contestar el examen
(teniendo en cuenta que siempre el lapso máximo disponible es de 120 minutos),
la asistencia y las calificaciones que hayan correspondido a las ACTIVIDADES
individuales o grupales cumplidas.
Como criterio
de análisis se ha definido previamente cada una como pregunta “Difícil más”,
“Difícil menos” (es decir igualmente complejas pero de una dificultad menor
unas que las otras), y “Fácil”.
El examen de
las categorías, permite entender en que medida participa de la nota personal y
global las “fáciles” y las “difíciles”, e informa sobre en que grado se
correlaciona la apreciación del docente, la del alumno, y lo que se obtiene.
Asimismo, por
la naturaleza del “Múltiple”, interesa computar otra incidencia, lo que
llamamos pregunta "Azar” o “Estudiar y Pensar”.
En estas,
“Azar” es para aquellas en que la respuesta resultante puede derivar de “cruces
aleatorios” o de “lances”, teniendo en claro que el conocimiento estudiado de
las respuestas anula el efecto azar
Mientras que
en “Estudiar y Pensar” la solución correcta requiere la posesión de reflexión
propia aplicada en el momento (habitualmente con respuestas a “de un ejemplo”,
“que haría Usted”, etc.) y del manejo de conocimientos que sólo pueden resultar
de un estudio organizado.
En términos
generales se advierte que los acumulados se distribuyen en porcentajes
consistentes con los de anteriores cursos, variando en torno de 62% para el
elemento “Azar” y 38% respecto de “Pensar”, lo que deduce es obvio.
En cuanto a
“Difícil” y “Fácil”, significativamente el aporte de ambas a la nota global se
oscila alrededor de 48% para la primera y 51% para la restante, lo que siendo
así habitualmente, demuestra que no era tan “difícil”.
Por la misma
acumulación es posible analizar desde la perspectiva de cuáles son las que
fueron mejor o peor contestadas y procurar comprender los producidos.
Conclusión
Si algún
alumno obtiene una nota insuficiente, incluso UNO, es prudente que no evalúe la
cuestión como producto de un examen especialmente difícil, o cierta clase de
odio o predisposición en su contra.
Tal como se
expone, es imposible calificar con UNO discrecionalmente.
Frente a ello,
conviene pensar en que tipo de examen alguien está acostumbrado a rendir,
recordando que está en la
Universidad, y si estudió poco, probablemente deba aplicarse
más.
Pero si Ud. ha
venido a estudiar y a aprender, no se preocupe, la mayoría de los docentes
efectúan una evaluación atenta.
En nuestros
cursos, el sistema se ha vuelto con el tiempo, progresivamente cada vez más
complejo, y arroja resultados que consideran todos los distintos atributos del
aprendiz, y el que por ser de diferente naturaleza y en variada proporción,
deben ser permanentemente reponderados.
Procura
registrar la actitud de compromiso, responsabilidad, disposición en las
reuniones y voluntad en la resolución de las tareas encomendadas, tiempo y
esfuerzo destinado a estudiar y comprender los contenidos de los alumnos.
Se trata de un
sistema que llega a un valor luego de muchas previsiones, esencialmente mas
trabajoso, pero menos ambiguo, paradojal e incierto, y que hace difícil
“trucar” una calificación, tanto para arriba cuanto para abajo.
Y por lo
tanto, claramente demostrable, menos influenciable, mucho mas parejo y justo.
Casi
completamente independizado del humor de cada mañana, o del cansancio, los
dolores de cualquier índole, o de las relaciones laborales o maritales.
Es un método
que desnuda a los charlatanes; combate a los holgazanes y otros personajes, a
quienes ha venido amparando el “clientelismo”; y reduce la inflación de notas
basadas en tonterías incomprensibles.
Pero a los aumnos, ¡este modelo no les
llame la atención!, consideren el examen del "first certificate" que
toman en Cambridge desde hace mucho; preparados para ser corregidos "por
computadora" –las preguntas cambiantes se formulan en una hoja separada-;
y los conceptos que hemos resaltado en la siguiente imagen.
“Nos
permitimos recordarle que, en la universidad, la responsabilidad es suya, ya
que se le requiere que organice y administre el tiempo de estudio”.
Citado de
Castreje Suárez, Jesús; “Administración General a Distancia”, Universidad de
Buenos Aires, Facultad de Ciencias Económicas; 1997, Pág.